Por Javier Teti
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7 de enero de 2021
El agua de mar tiene una composición diferente a la que se encuentra en lagos, lagunas o ríos (de agua dulce). Posee cloruro de zinc, sodio y magnesio, yodo, potasio, calcio y oligoelementos que la convierten en una gran “amiga” para nuestra piel y nuestro cuerpo en general. Entre las principales propiedades del agua de mar, podemos encontrar su efecto antibiótico, ideal para avanzar en los procesos de cicatrización de heridas. Por su contenido en magnesio, el agua de mar ayuda a calmarnos y eliminar la ansiedad. Por eso pasar unos días en la playa o en los balnearios alejados de los núcleos urbanos es una terapia recomendada para nuestro bienestar. Flotar en el mar o nadar entre las olas sirve para relajar los músculos debido al yodo, que a su vez favorece la recuperación de algunas lesiones. Es ideal para quienes están en rehabilitación o en procesos de postoperatorios. Asimismo, las personas con enfermedades o problemas respiratorios suelen tener recomendaciones para respirar la brisa de mar y tomar baños en la playa, ya que el agua salada favorece los pulmones y la eliminación de toxinas. Los problemas reumáticos, como la artritis o la artrosis, también se benefician mucho con el agua de mar, ya que pueden atenuar los intensos dolores que suelen aparecer. Está comprobado que algunos sonidos son realmente terapéuticos. Inclusive, hay personas que confían en la ayuda de aplicaciones de los teléfonos celulares, que reproducen sonidos de la naturaleza, para quitar el estrés o incluso para garantizar un buen sueño por las noches. Dormir con el ruido de la lluvia, escuchar el viento meciendo las hojas de los árboles, escuchar el canto de los pájaros o las cigarras y relajarse con el sonido de las olas del mar son solo algunos ejemplos. Muchas personas sufren con la retención de líquido en el cuerpo durante la temporada de calor. En el agua de mar existe una concentración considerable de sales minerales. Debido a un mecanismo físico (ósmosis) se favorece la eliminación, a través de la piel, de los líquidos acumulados en los tejidos con grandes ventajas para la circulación en las piernas. Gracias a la presión que ejerce el agua y a su temperatura (que en temporada ronda los 24 grados) junto a los movimientos de las olas, promueven un suave masaje en nuestro cuerpo. Hospedado en un hotel a pasos de la playa, tiene el privilegio de tener el mar como compañero de viaje. ¡Y esto es mágico! Cuando caminamos por la playa, además de hacer ejercicio y relajar la mente, podemos disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor! Además, podemos aprovechar para ver el atardecer, ya sea solos o junto a una buena compañía!